¿Se está perdiendo la tradición por la joyería?

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    Llevo toda una vida viendo como mi abuelo subía y bajaba las calles del centro de Madrid cargado de piedras preciosas, de encargos de clientes, de mercancía para prestar o vender a otras joyerías... Todos los días. Sin descanso. Llevo toda una vida aprendiendo y enamorándome de las joyas, de los metales preciosos, de los diamantes, de las piedras preciosas y semipreciosas y de otros minerales de color. Mi abuelo fue un famoso engastador que finalmente se desarrolló en el mundo del comercio y de los negocios, y su mayor ilusión era que alguno de sus nietos siguiera su estela. Seguro que le encantaría ver que su ilusión se ha cumplido. 

    Me entristezco cuando hablo con jóvenes interesados en alguna joyas o con amigos que necesitan algún encargo porque la mayor parte de las veces quedan abrumados cuando escuchan los precios. Y es que en el mundo occidental tenemos un problema de desinformación y de educación en la joyería y en las piedras preciosas (esto no pasa en en Asia). La ignorancia les hace pensar que las joyas no tienen o no deberían tener ese valor. Pero lo que realmente hace falta es devolver a la joyería su condición de ARTE. Los joyeros no son sólo artesanos, sino auténticos artistas capaces de hacer hablar a las piezas, siempre únicas. Las piedras no son cristales de color, sino minerales orgánicos e inorgánicos que se han formado a cientos de kilómetros hacia el interior de la Tierra (litosfera) y que por procesos geológicos han surgido a la superficie terrestre, encontrado, tallado, pulido, engastado...

    No educar o dar publicidad o comunicación a la joyería y a las piedras preciosas hace que el sector de la joyería corra grave peligro. Hoy, una gran parte de los jóvenes (especialmente millennials y generación Z) tienen otros hábitos de consumo. Prefieren tener 10 pares de pendientes de "hojalata" antes de tener 2 pares de gran belleza artística y durabilidad. Esto ya no es como antes. Vale, no pasa nada. Los hábitos cambian y hay que adaptarse al mercado, pero no deja de ser preocupante para el sector, ¿verdad?

    Por eso, yo siempre apoyaré a las escuelas que forman en este oficio (desde el joyero artesano y engastador, hasta la Comunicación, Marketing y Ventas), que por cierto, cada vez son menos. Para mí, la joyería es pasión e ilusión y quiero transmitiros este amor. 

    Hagamos de la joyería un arte. No sólo las grandes marcas pueden crear joyas especiales. Los joyeros de barrio, también. Este blog también va por ellos. Por su lucha diaria. Porque ellos también son unos apasionados que luchan contra la desinformación de las nuevas generaciones en este sector. Sólo transmitiendo lo especial de un metal, de una gema o de un engaste, lograremos que la joyería vuelva al lugar que se merece. 

    He sentido que es el momento de coger el megáfono y ofrecer información importante, de primera mano y completamente accesible para todos. En este blog hablaremos, en diferentes entradas, de todos los temas relevantes que existen en el proceso tan largo de una joya. Como me gusta decir a mi... "desde la mina hasta... ¡tu mano!".

    Esta es también parte de mi labor en Jolfer Joyeros. Transmitir a nuestros equipos la importancia, la responsabilidad y el disfrute que supone exponer, enseñar y vender cada una de las joyas. Vivimos de la ilusión del que compra y de la ilusión del que compra para regalarla. Porque regalar es compartir. Esto es lo más bonito. Somos el primer eslabón de la cadena de la ilusión. 

    
¡Bienvenidos!